otoño


te vi venir en la noche, tesoro mío
y la calle era luz cada tanto.
en la vereda tus manos únicamente
ladramos y nos aniñamos.
empequeñecemos.

se pierden las palabras
fumadas por la gran araña
mientras se enfrían las paredes
y los insectos nos envidian
hay una luz afuera del mundo
que se parece al sol. foco feo.

nos acrecentamos
nos volvemos precisos
abundantes. millonarios.

pero en el barrio aún
hay chapas muy flacas
que piden llover



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